Jazmín, la guerrera de 5 años que venció al cáncer
“Que suenen campanas, que suenen tambores, hagamos lío. Llegó el día tan esperado, hoy damos por finalizado el tratamiento oncológico después de dos años luchando contra una enfermedad que duele con apenas escucharla. Ya basta de pinchazos, basta de pastillas y basta de dolor”, fue el posteo de felicidad que Margarita Da Luz, madre de Jazmín, compartió en las redes sociales, en el momento que la pequeña recibió el alta médica.
En 2019, mientras jugaba en su habitación, Jazmín se lastimó una rodilla con la cama, “un golpe tonto” pensó su madre. Al otro día se levantó con fiebre, luego llegó a los 40 grados de temperatura y sus padres notaron que algo estaba mal. “La llevamos al doctor y quedó internada, porque según el doctor si hay fiebre hay una infección”, contó Margarita, la madre de la niña que en ese entonces tenía 3 años y asistía a la salita de 4 en la Escuela Normal de Puerto Rico.
Esa tarde el doctor decide derivarla de urgencia, primero a Eldorado y luego a Posadas, “nosotros pensábamos que era algo de la rodilla nada más, allá le hicieron todos los estudios y a la madrugada le hicieron la punción en la médula y determinaron que tenía leucemia. Entre la oncóloga y la psicóloga me comentaron lo que padecía, yo siempre escuché la palabra leucemia, pero no sabía lo grave que era, la doctora me explicó que se trataba de un cáncer maligno, pero que iba a sanar”.
La enfermedad comenzó a manifestarse mediante el golpe en su rodilla, “ella estaba flaquita, no quería comer, y esos ya eran síntomas, nosotros pensamos que no quería comer por maña”, sostuvo Margarita.
“Cuando se descubrió la enfermedad la gente comenzó a acercarse, buscaba la forma de colaborar, tanto familiares como vecinos en general, oraron por ella y eso nos mantuvo fuertes, en ningún momento bajamos los brazos, ella ponía el cuerpo y nosotros nuestro apoyo, esto era muy doloroso para nosotros, siendo padres jóvenes, primerizos, fue un desafío importante para nosotros, pero nos mantuvimos fuertes”, dijo.
Margarita y Mariano, padres de Jazmín tenían 22 años cuando se descubrió la enfermedad, los primeros días vivieron en la casa de sus bisabuelos, porque podían disponer de una habitación con baño exclusivo para la pequeña, piso de cerámica, entre otras comodidades que facilitaban la desinfección que requería el tratamiento.
El tratamiento
Además de la leucemia, Jazmín tuvo osteomielitis, una bacteria que se depositó en la rodilla luego del golpe con la cama. “Es una enfermedad jodida, ese tratamiento le llevó mes y medio y tres veces a la semana se hacía las quimios, después comenzaron las quimios más fuertes, cada una provocaba que permanezca tres días internada; después de ocho meses terminó con las quimios vía vena y empezó con la quimio oral, y hoy ya cumpliendo 2 años (del tratamiento) terminó todas sus quimios, las pastillas, los pinchazos, los dolores, pero seguimos con controles de por vida”.
Jazmín debe volver una vez al mes a Posadas para realizar los controles correspondientes, “todavía sigue con anemia, las quimios le bajaron mucho las defensas, por eso ella tenía que estar aislada, ella lleva 2 años aislada por las enfermedades que es propensa a agarrar por la vulnerabilidad que dejó el tratamiento, pero este año va a comenzar la escuela, participar de cumpleaños, ir a la plaza, hacer vida normal”, celebró su madre.
El uso de barbijo, distanciamiento y desinfección comenzó en la pequeña Jazmín mucho antes de la pandemia: “Siempre debía andar con barbijo, y entonces todos la miraban, por eso ella optó por disfrazarse, cada vez que se iba a hacer la quimio ella iba disfrazada con distintos personajes, como se le caía el cabello ella se disfrazaba para que la vean por la ropa que tenía y no por la cabeza ni por el barbijo que usaba, porque en ese tiempo todavía no usaba barbijo la gente y ella sí, entonces para esconderse y mostrarse feliz, ella se disfrazaba de superhéroe, princesa, siempre fue disfrazada. Esta ultima vez se disfrazó de mujer maravilla, demostrando lo guerrera que fue”.
Jazmín todavía no puede comer frutas, fiambres, mayonesa o yogur, “seguimos cuidándonos de las bacterias, de las infecciones”.
El sueño de la pequeña era finalizar el tratamiento, “tener su vida normal, asistir a los cumpleaños, ir a la escuela, yo le veía muy triste a ella, tuvo depresión porque veía a otros niños jugar, entonces quiso festejar como si fuera su cumpleaños, y le gustan los bomberos, entonces me acerque a los bomberos y de un principio accedieron a hacerle el festejo y traerla hasta casa y fue una sorpresa, la trajeron desde el arco a casa, ella vino saludando a la gente, tocando la campana, yo gané, yo gané, gritaba”.